¿Solo ante el peligro? El archivero y las leyes de transparencia

Vicenç Ruiz Gómez

Archivero del Arxiu Històric de Protocols de Barcelona y profesor de la ESAGED

 

Cuando el recién retirado sheriff Will Kane, encarnado magistralmente por Gary Cooper, se entera de que en el tren del mediodía llegará con evidente ánimo de venganza un conocido pistolero que él encarceló, su primera reacción es la de abandonar Hadleyville junto a su flamante esposa. Pese al miedo inicial, vence su inseguridad y vuelve decidido a ocupar su puesto y recabar ayuda entre sus antiguos colaboradores y conciudadanos, aunque con escaso éxito. A la hora señalada, aparece el tren y se produce el desenlace de sobras conocido.

Ante la llegada de las leyes de transparencia, nuestro colectivo puede tener la misma tentación inicial que el sheriff Kane. De hecho, en sus actuales articulados casi ni se apela a la función basilar de la gestión de documentos y, mucho menos, al rol estratégico que consecuentemente debería jugar el archivero como agente encargado de coordinar su efectivo desarrollo. Pero, tal como sucede en el film, para que (y nunca mejor dicho) se mantenga el orden, nuestra ética profesional deberá pugnar con las estrictas funciones legales. Y, también, se deberá buscar la cooperación con el resto de profesionales afines (en nuestro caso, tecnólogos, juristas, documentalistas), porque, a diferencia de Gary Cooper, no estamos solos ante el peligro. El reto de garantizar el correcto acceso a la información pública, a pesar del diverso grado de incoherencia normativa y técnica que lleguen a contener las nuevas leyes, sólo se puede afrontar si cada uno de estos colectivos profesionales aporta lo mejor de sus saberes específicos en un esfuerzo coordinado. Y, por supuesto, si la ciudadanía es capaz de reconocer quiénes son sus principales aliados dentro de la administración y les muestra su apoyo, exigiendo que se destinen los medios necesarios a pesar de las estrecheces presupuestarias.